
No hay nada como un poco de aire fresco. Especialmente si éste va acompañado de unos días de vacaciones. Aunque realmente te canses más que descanses en los viajes cortos y tardes unos días en reaparecer a escena, una vez recuperado del jet lag, el hecho de saber y saborear que hay otra vida fuera de tu rutina te deja una mediasonrisatontonasemiperenne resultante del falso placer que tu subconsciente no quiere abandonar.