





No es por menospreciar la obra del genial René Magritte, ni por ningunear al magnífico palacete renacentista donde se ubicará su nuevo museo en Bruselas. Pero sobre todo esto no puedo dejar de admirar el toldo impreso provisional de obras que ha estado cubriendo al edificio durante las reformas. No es un simple toldo, es una recreación del palacete con efectos de trampantojo en honor, supongo, a la obra del artista surrealista. Tengo debilidad por los trampantojos en general, y éste por su magnitud y brillantez.






